La Diputación de Cádiz ha destinado en este año que finaliza, marcado por la pandemia de la COVID-19, más de 15 millones de euros de ayuda a domicilio en 2.800 hogares en la provincia, más de 6 millones de euros en apoyo a las discapacidades, ha atendido a más de 6.700 personas en sus tratamientos contra las adicciones y llevó a cabo más de 100.000 atenciones telefónicas durante los 3 meses de confinamiento.
Con estas cifras como primer balance de gestión, el diputado provincial responsable de la delegación de Bienestar Social, David de la Encina, resalta que «somos una provincia referente en atención social; a nivel nacional son muy reconocidos nuestros servicios de tratamiento de las drogodependencias, o nuestro sistema de colaboración público-asociativo para la atención a personas con discapacidades y para el cuidado residencial y ocupacional, o la calidad de nuestra red de servicios comunitarios».
De la Encina destaca que a través de la Diputación casi 2.500 profesionales atienden diariamente situaciones sociales que afectan a las personas mayores, a las personas dependientes, a personas con discapacidades, a familias en riesgo de exclusión o a personas con problemas de adicciones.
Entre los citados profesionales se encuentran médicos, psicólogas, enfermeros, trabajadoras sociales, responsables de ludotecas, educadoras, auxiliares de ayuda a domicilio, auxiliares de personas mayores y personal de administración. Su labor se completa con la de los profesionales de los servicios sociales de cada Ayuntamiento y del personal voluntario y profesional de las más de 100 entidades sociales que también prestan unos servicios destinados a que las personas puedan disponer de una atención básica a la salud y al bienestar social, como marcan los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de Naciones Unidas y de la Unión Europea.
La Diputación ofrece apoyo a los 45 municipios de la provincia y, especialmente, organiza la actividad en 30 Ayuntamientos con población inferior a los 20.000 habitantes, «que es donde más visible resulta nuestra actuación», informa el diputado.
«No es una tarea sencilla y rara vez resulta vistosa», reconoce De la Encina. «Pero estos profesionales se entregan con dedicación y rigor para que, pese a las circunstancias, las personas con más dificultades encuentren su plena inclusión en la sociedad y dispongan de un recurso cercano y cálido en el que apoyarse».
El diputado indica que este servicio a la sociedad siempre ha sido duro y eminentemente vocacional, este año especialmente. «Desde la Diputación queremos reconocer la labor de todas y cada una de las personas que han hecho posible superar momentos de tremenda crudeza, atender a personas y familias muy vulnerables, y seguir avanzando hacia una sociedad mejor».
A las puertas de un nuevo año «ahora toca reorganizar un sistema de protección social eficaz para paliar los efectos que está dejando la COVID, tanto en quienes ya antes eran vulnerables, como en familias que se ven abocadas a recurrir a los servicios de ayuda», avanza David de la Encina.