TEODORO MICIANO. Un grabador jerezano de mucha altura

 TEODORO MICIANO

 

El nacimiento de Teodoro Miciano coincidió con un el comienzo de un siglo convulso y renovador en las artes, las ciencias y en la vida social y política. Sus padres marcharon a Argentina cuando contaba 10 años, quedándose él en Jerez con su tío el famoso pintor Nicolás Soro. Fue allí donde comenzó su vocación de ilustrador humorista… Estudió en la Escuela de Artes y Oficios de Sevilla teniendo como maestros de pintura a Gonzalo Bilbao y el pintor sueco Gustavo Bacarisas, quien trajo la modernidad novecentista a Sevilla.

Ya como profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Jerez colaboró en la revista de esta institución, alternando este trabajo con el de  ilustrador de otras revistas y de carteles, como el de la Feria de 1930. Durante algunos años estuvo al cargo de la dirección artística y comercial de la Nueva Litografía Jerezana que, en 1937 fue absorbida por la imprenta Jerez Industrial. Allí diseñó multitud de etiquetas para las bodegas del Marco.

Su estudio estaba situado en la calle Cocheras. Sus ideas nunca le impidieron colaborar con otros escritores e intelectuales de ideologías diferentes. Así, trabajó para “El barrio de Santa Cruz” de José María Pemán, con algunas xilografías y litografías artísticas. Eran los años del protectorado español en Marruecos, país que ejerció una gran atracción en su vida y en su obra. “Los cuentos de Yehá”, recogidos por Tomás García Figueras, le ofrecieron la oportunidad de compartir con él amistad y arte, realizando todos los grabados que ilustran este libro.

Posteriormente viajaría a Tánger, Tetuán y Ceuta, pintando escenas que sorprendieron a los asistentes a la exposición organizada por el Ateneo Jerezano.

 En junio de 1936 se casó con Paquita Germá, hija del que fuera el último alcalde republicano de Jerez. Y llegó la guerra civil. En 1937 fue cesado como personal docente de la Escuela de Artes y Oficios por ser miembro del movimiento obrero. Se trasladó a Madrid donde trabajó para muchas publicaciones, entre ellas la revista satírica “No veas”, donde pintaba caricaturas de líderes fascistas. También publicó decenas de grabados y viñetas de carácter político y propagandístico publicados en el periódico comunista Mundo Obrero.

 Fue ese trabajo, además de por su colaboración con la república, lo que motivó su detención en 1939. Ese año fue internado en el campo de concentración de la plaza de toros de Alicante, y en junio se le dio salvoconducto para trasladarse a Jerez. El consejo de guerra, celebrado en mayo de 1940, lo condenó a 20 años de cárcel. La intervención de José María Pemán y de otros amigos, así como el sistema de redención de penas por el trabajo hicieron posible una reducción de la pena a la libertad provisional. De esta forma, salió de prisión en febrero de 1942.

 Años más tarde se trasladó a Barcelona, reclamado por los Círculos de bibliófilos. Allí impartió docencia y los premios se acumulaban unos tras otro.  En 1953 vio la luz el primer tomo de El Quijote, de Ediciones Jurado, una de sus obras más emblemáticas y, sin duda, la más importante y bellamente impresa entre las más de 1.300 ediciones ilustradas que se conocen de la obra de Cervantes.

 De allí, pasó en 1959 a Madrid como profesor de Bellas Artes y director de la Escuela Nacional de Artes Gráficas.. Fue nombrado director de la Calcografía Nacional y colaboró en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Suyo es por ejem­plo el antiguo billete de cien pese­tas con la figura de Gustavo Adolfo Bécquer. En 1972, siendo ya un artista de prestigio internacional, se le concedió un sillón en la Real Academia de Bellas Artes.

 El último galardón que se le otorgó fue la Medalla de Oro de la Bienal de Florencia en 1974, el mayor premio internacional que se había otorgado a un grabador español. Pero no pudo recibirlo, ya que días antes un ataque cardíaco acabó con su vida el 11 de junio de 1974 en Madrid.

De esta forma, el mundo del arte perdía al más importante grabador de las últimas generaciones. Un jerezano que se granjeó el reconocimiento internacional por su trabajo artístico.